El sueño es una de las funciones más importantes del ser humano. Es una necesidad vital que varía en función del momento evolutivo de la persona.
Nos importa nuestro descanso porque de ello depende en gran medida nuestra energía del día y nuestro bienestar. Cuando somos madres también nos preocupa el descanso de nuestro bebé, y cómo influye éste en nuestro estado de ánimo y el cansancio acumulado.
Para entender cuál es la secuencia natural del sueño de nuestro bebé y porqué es distinto al nuestro debemos atender a la fisiología.
Una persona adulta tiene ciclos de sueño de entre 90 y 120 minutos, cada ciclo tiene dos fases: REM(Rapid Eye Movements, movimientos oculares rápidos) y no REM.
- El sueño no REM, sueño lento: se encarga del descanso físico y la consolidación de la memoria.
- El sueño REM, sueño activo o paradójico: En el que aparecen los sueños y las pesadillas. También se encarga de consolidación de la memoria.
El sueño se inicia en la fase no REM (se divide a su vez en 4 fases). Continúa con la fase REM (sería la quinta fase). Después se produce un “microdespertar” (del que la persona no se acuerda al día siguiente), y después se vuelve a dormir.
Estas fases conforman un ciclo de sueño. Una persona adulta realiza unos 5-6 ciclos cuando duerme 8 horas (nREM 6h y REM 2h).
Los ciclos del sueño del bebé duran 70-90 minutos en un sueño bifásico (no tiene las fases del sueño REM del adulto).
El recién nacido tiene un ritmo ultradiano, es decir, el ciclo sueño-vigilia se repite varias veces a lo largo del día.
De las 24 horas del día, un recién nacido normal puede dormir hasta 20 horas repartidas en ciclos de unos 60 minutos. En cada ciclo pasa 20 minutos despierto, 20 en sueño profundo y 20 en sueño agitado.
Después, al poco tiempo, pasa a dormir de 2 a 4 horas seguidas, separadas por intervalos de 1 a 2 horas de vigilia.
El recién nacido duerme indistintamente de noche y de día, siguiendo el ritmo que le marca su todavía inmaduro cerebro.
Con la madurez y la evolución del neurodesarrollo, el cerebro del bebé va cambiando progresivamente su patrón del ciclo sueño-vigilia. Aproximadamente al cuarto mes* va convirtiéndose en circadiano, polifásico e inestable.
¿Inestable? ¿Es posible que mi bebé, que dormía 5 horas seguidas, empiece a despertarse? ¡Puede suceder! Cuando hay un cambio de fase pueden aparecer microdespertares, entra dentro de la normalidad, pero ¡ tranquilos! no será eterno, poco a poco su ritmo de sueño volverá a regularse.
*Si estás pensando en emplear algún método de control del sueño, no está recomendado hacerlo antes de los 4 meses, por este motivo. Hasta entonces el bebé no tiene ritmo circadiano. De hecho algunos expertos no lo recomiendan hasta los 18 meses.
¿POR QUÉ SE DESPIERTAN LOS BEBÉS? ¿PARA QUÉ SIRVEN ESOS DESPERTARES?
- Asegurar la ingesta de alimento (esta realidad está en sincronía con su pequeño estómago, que debe comer poco pero muchas veces al día)
- Consolidar el aprendizaje.
- La necesidad de desarrollo implica un sueño más activo.
- Succionar (ejercitan la masticación).
William Sears (The baby book): “Fomentar que los bebés duerman demasiado profundo y demasiado pronto quizá no sea lo que más interesa para su desarrollo y su supervivencia”.
Comprender esta realidad fisiológica nos permite entender el respeto de la misma.
Del mismo modo que se recomienda una lactancia a demanda, también sería importante respetar al máximo la demanda de sueño de los bebés.
¿Crees que las expectativas acerca de lo que ha de dormir nuestro bebé cuando nazca influyen en nuestra tolerancia a los despertares?
En los próximos artículos sobre el sueño, hablaremos del sueño en cada etapa del bebé y de los hábitos y rutinas que nos pueden ayudar a regularlo.
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