Durante los meses de embarazo se producen cambios en el cuerpo de la mujer. Tras el parto, todas las estructuras que se vieron modificadas durante el embarazo deben reorganizarse, conectarse de nuevo.
Debemos prestar atención a nuestro cuerpo, escucharlo y cuidarlo.
Desde nuestra experiencia, llevamos tiempo observando que damos mucha importancia a la etapa del embarazo y al proceso de parto pero seguimos pasando por alto el postparto.
En esta etapa se unen factores que pueden llegar a sobrecargar, a colapsar a la mujer. Hay un tsunami de hormonas, puede haber daño en los tejidos (aunque no haya episiotomía o desgarros) que cursa con inflamación y dolor, la «subida de la leche», la instauración de la lactancia materna y el cuidado del bebé, ese bebé al que adoras pero que llora y al que aún no comprendes.
La duración y la vivencia del postparto es diferente en cada mujer. Influyen factores sociales, emocionales y culturales que pueden cambiar la percepción y la recuperación en esta etapa.
Existen mujeres que se recuperan en cuatro semanas y otras que lo hacen en doce, otras que incluso se recuperan al año.
Debemos respetar los tiempos de cada mujer y ofrecer diferentes opciones para facilitar su camino a la recuperación, ofrecer apoyo de calidad para que puedan transitar de la mejor manera el postparto.
En la primera semana postparto es importante el descanso de la madre. Es conveniente evitar las posiciones de pie mantenidas y coger peso, ya que el suelo pélvico estará debilitado del embarazo y del propio proceso de parto. La vagina puede estar distendida, muchas mujeres lo refieren como sensación de «vagina abierta». Debemos prestar atención a nuestro cuerpo, tener especial cuidado en esta etapa en la que podemos desarrollar o agravar alguna alteración del suelo pélvico.
Los síntomas o indicios que pueda manifestar nuestro cuerpo en esta etapa van a depender del tipo de parto que hayamos tenido. Si ha sido un parto vaginal o una cesárea, si ha habido epidural, si nos han practicado una episiotomía o hemos tenido un desgarro, si ha sido un parto instrumental… todos estos factores condicionaran nuestra recuperación.
Favorecerá la recuperación postparto el haber tenido un parto sin complicaciones, una deambulación temprana y la lactancia materna. Retrasará la recuperación el haber tenido un parto más complicado, la multiparidad (si es nuestro segundo, tercer hijo…), sufrir en esta etapa una infección (cicatriz, mastitis…) y mantener durante mucho tiempo una posición de pie.
¿Qué te recomendamos?
- Favorece tu descanso. Aprovecha los ratos de sueño de tu bebé para descansar y no para hacer cosas en casa.
- Adopta buenas posturas con ayuda de cojines o almohadas. Ten especial cuidado al dar de comer al bebé y en los momentos de descanso.
- Aliméntate bien. Bebe suficiente agua.
- Evita el estreñimiento. Si realizas un empuje abdominal puede originarte demasiada tensión y presión en tu suelo pélvico debilitado.
- Evita, igualmente, coger pesos. La carga excesiva aumentará notablemente la presión dentro del abdomen. Si no puedes evitarlos haz una contracción previa del suelo pélvico.
- Si has tenido una cesárea, protege tu herida cada vez que realices un esfuerzo (tos, estornudo…), colocando tus manos en la zona baja de tu abdomen.
- Mantén una higiene diaria adecuada.
- Si tienes un dolor persistente, agudo, consulta con tu profesional de referencia.
- Busca apoyo emocional si lo necesitas.
Respeta tus tiempos, respeta tu cuerpo y escúchalo. No estás sola.